Las situaciones convivenciales de ayuda mutua suponen un ahorro importante en el impuesto de sucesiones. Sobre todo pensado en las herencias de colaterales (hermanos o sobrinos) o de las personas sin vinculo de parentesco.

El Código Civil de Cataluña establece que dos o más personas que conviven en una misma vivienda habitual y que comparten, sin contraprestación y con voluntad de permanencia y de ayuda mutua, los gastos comunes o el trabajo doméstico, o ambas cosas, constituyen una relación de convivencia de ayuda mutua.

La pueden constituir las personas mayores de edad unidas por vínculos de parentesco en línea colateral sin límite de grado y las que tienen relaciones de simple amistad o compañerismo.

Se pueden constituir en escritura pública o por el transcurso de un período de dos años de convivencia.

Están en el grupo de parentesco II, junto con el cónyuge, hijos, nietos, padres y abuelos, con una reducción de 50.000 euros sobre la base imponible. Además, por ser del grupo II, se le aplica un coeficiente multiplicador de 1,000, es decir 0, sobre la cuota íntegra del impuesto.

Un ejemplo claro: Sobre una base imponible de 300.000 euros,

Un conviviente de ayuda mutua pagaría:

300.000 -50.000 = 250.000, cuota íntegra: 31.500 x 1,000 = 31.500 euros

Tipo medio: 12,60%

Un hermano pagaría:

300.00 -8.000 = 292.000, cuota íntegra: 38.640 x 1,5882 = 61.368 euros

Tipo medio: 21,01 %

Un tercero sin parentesco pagaría:

300.000 -0 = 300.000, cuota íntegra: 40.000 x 2,0000 = 80.000 euros.

Tipo medio: 26,66 %

Por ello, para todas aquellas personas que convivan en este régimen de ayuda mutua, en su calidad de hermanos, tíos-sobrinos o amigos, es recomendable que acudan al notario para otorgar la correspondiente escritura pública de reconocimiento de esta situación, lo que le permitirá al heredero ahorrarse mucho dinero en la sucesión.